Tony Vásquez Zea (31), motorista, fue secuestrado por ocho delincuentes fuertemente armados y encapuchados que utilizaron su bote motor para huir tras cometer un brutal asesinato. La víctima del crimen, Rodil Robert Hernández Carrillo (31), fue decapitado frente a su familia en la localidad de Bello Horizonte, un hecho que conmocionó a la comunidad.

Vásquez Zea relató que vivió momentos de terror, temiendo por su vida mientras los delincuentes lo encañonaban en la cabeza y el abdomen, obligándolo a pilotear el bote motor. Según su testimonio, los hombres lo llevaron aguas abajo por el río Huayabamba y luego al río Huallaga, donde finalmente lo dejaron cerca de Bellavista. Por suerte, no sufrió daño físico, aunque quedó profundamente afectado. Una vez liberado, regresó aguas arriba para informar a la policía sobre lo sucedido.

Tony celebraba su cumpleaños con amigos en una vivienda cercana al puerto, a unos 10 minutos de Bello Horizonte. Mientras compartían una gaseosa y se disponían a cenar, escucharon disparos alrededor de las 8 de la noche. Fue entonces cuando uno de los hijos de la víctima alertó a los vecinos del ataque.

Dos hombres encapuchados ingresaron a la vivienda, haciéndose pasar por policías, mientras los disparos continuaban en la casa de Hernández Carrillo. En medio del caos, José Howar Sánchez Cardozo, administrador de un bote motor, también fue golpeado por los delincuentes, quienes usaron un motocar para llegar al puerto.

Los delincuentes, al parecer, intentaban llevarse la cabeza de la víctima en otro vehículo, pero la alerta de los vecinos frustró sus planes. En el bote motor, Vásquez Zea fue obligado a recorrer varias zonas del río Huayabamba. Durante el trayecto, los criminales arrojaron al agua los teléfonos celulares robados en la vivienda de la víctima, posiblemente para simular que el ataque había sido un simple asalto.

Sin embargo, Vásquez Zea logró conservar su celular por un tiempo, recibiendo llamadas constantes de la policía. Esto molestó a los delincuentes, quienes lo obligaron a tirar el dispositivo al agua. A lo largo de todo el trayecto, Vásquez Zea rogó por su vida mientras permanecía bajo la constante amenaza de armas de fuego, lo que le impedía escapar o lanzarse al río.

A pesar del peligro, Vásquez Zea sobrevivió al secuestro y su testimonio es crucial para esclarecer los hechos. Su valentía al regresar para informar a las autoridades demuestra su compromiso con la justicia, mientras que la población de Bello Horizonte sigue exigiendo que los responsables sean capturados.

Por gutinoti

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *